Sonntag, 1. Januar 2023

Martin Münch Saludos y deseos de Año Nuevo para 2023

Queridos amigos, amigos de mi música y amigos de una sociedad libre, 

¿qué se siente al ser posiblemente víctima designada del mayor crimen masivo de la historia de la humanidad? Lo sorprendente: En absoluto. Todo vuelve a estar bien. Todo en orden. Todo va bien.

¿Dónde está exactamente la línea divisoria entre los representantes de la llamada cultura de bienvenida, los amantes del Islam, los defensores de la vacunación, los que odian a Rusia, los valientes luchadores contra el "cambio climático provocado por el hombre", los amantes del género despierto o LGBT y los "Schönsehern" que viven en la mejor Alemania de todos los tiempos, por un lado, y los otros oscuros, a los que la Alemania oficial llama "ratas", "alemanes oscuros", extremistas de derechas, teóricos de la conspiración o incluso plagas o buitres, por el otro? Y ahora en Alemania son perseguidos y condenados con el recién creado delito penal de "deslegitimación del Estado relevante para la protección de la Constitución" en el otro bando? ¿En serio alguien puede querer formar parte de eso? ¿Cómo puede haber siquiera una línea de falla? ¿Por qué no está todo el mundo del "lado del bien"? 

La realidad es simple: existe esta línea de falla, y a estas alturas es completamente insalvable. Se separa alrededor del 10-25% de la población del resto del mundo, no sólo en Alemania sino también en otros países. ¿Corre entre los que tienen televisión y consumen regularmente los medios de comunicación oficiales y los que no? ¿O entre las personas que siempre han sido críticas con el Estado, la religión y la oligarquía y las que parten de una actitud básica de confianza (y han tenido todos los motivos para hacerlo en su vida hasta ahora)? ¿Entre patriotas y multiculturalistas? ¿Apologistas y escépticos de la ciencia? ¿Liberales de izquierdas de mente abierta y partidarios más torpes de Trump, Orban y Bolsonaro? ¿Fundamentalistas cristianos y tolerantes ilustrados? ¿Los que se saben responsables del bienestar de todo el mundo y los egoístas de nacimiento chovinista?

Aunque las líneas divisorias mencionadas discurren entre sectores de la población a menudo afines, los grupos resultantes no son, sin embargo, congruentes. La facción de los críticos, por su parte, sigue fuertemente dividida, también podría decirse que atomizada. Hay críticos del Islam que, sin embargo, no son cristianos. Cosmopolitas que no obstante rechazan la emigración masiva y la desculturalización impuesta a Europa por millones. Opositores a la vacunación que, sin embargo, creen en el supuesto cambio climático provocado por el hombre. Críticos de las medidas represivas en Europas que, en lugar de inclinarse por la espiritualidad de la nueva era, siguen considerándose agnósticos o ateos. Televidentes que, sin embargo, desconfían del Estado y de sus intenciones e instituciones. Supervivientes del Holocausto que hoy vuelven a ver actuar a los autores de aquella época. Grupos a los que -para regocijo de los organismos oficiales- les costará encontrar una línea común.

Se trata, pues, de dos visiones del mundo irreconciliablemente opuestas. Por un lado, representado por quienes se congratulan de que el Estado proteja celosamente y cada vez con más fuerza a sus ciudadanos: Desde el CO2 y el cambio climático, la pandemia, los rusos, los malvados extremistas de derechas, los intolerantes, así como los (incomprensibles) opositores de todas las buenas e importantes organizaciones como la UE, la ONU, la OMS, la Unesco o la caritativa Fundación Bill & Melinda Gates. Que piensan que es teoría de la conspiración sin fundamento, juego podrido o, en algunos casos, incluso antisemitismo irresponsable cuando alguien del otro bando señala, por ejemplo, la Agenda 2021, la Agenda 2030, el plan Coudenhove-Kalergie, el pacto de migración de la ONU, Eurogendfor, los anuncios del FEM sobre el Great Reset, los años de juegos de planificación de pandemias, los escenarios de pandemias de la Fundación Rockefeller, la organización de migraciones masivas por parte de la Open Society Foundations (Fundación Soros), los preparativos para el control y acoso sin fisuras de las personas a través de la tecnología 5G, la supresión del dinero en efectivo, el DNI electrónico con pasaporte de vacunación, las ciudades inteligentes ya terminadas o las prohibiciones de circulación ya introducidas para el supuesto rescate climático. Y por otro lado, representado por quienes, en relación con las cuestiones que se acaban de enumerar, insisten en la libertad y la autodeterminación del individuo, en el valor innegociable de la cultura evolucionada y en un orden social que les garantice todo ello. 

Así que casi podría parecer que la línea irreconciliable discurre entre los individualistas amantes de la libertad, por un lado, y los colectivistas que piensan que el Estado redistributivo y solidario es una buena idea, por otro. Pero incluso entre personas con estas características, no está garantizada una división clara. Así, el espectro de los opositores descontentos con el sistema o incluso contrarios a él abarca desde personas simplemente descontentas con la política de "congelación contra Putin", la subida de precios o la escasez galopante de productos, hasta "Querdenker" y manifestantes activos, caminantes de los lunes, votantes de partidos de protesta (AfD, Die Basis, Wagenknecht-Linke), emigrantes, críticos fundamentales del "Nuevo Orden Mundial" (que desde hace tres años adopta formas cada vez más claras) y sus protagonistas de fondo, a los optimistas que creen en Q-Annon y esperan la salvación de la tribulación (que la "cábala" impulsa cada vez más rápida y radicalmente) por los llamados "sombreros blancos", a los contemporáneos con pensamientos bastante aventureros, que ven la solución próxima en la intervención de la "confederación galáctica" y la instalación de un "sistema financiero cuántico" que proporcione al hombre la base material para una verdadera reorientación espiritual ("5D"). En esta heterogeneidad, ¿cómo construir contra-movimientos transversales y eficaces que puedan suponer un frente serio contra el sistema existente? Parece como si el bando gubernamental sólo tuviera en contra a muchas facciones fragmentadas del 0,5%, con las que puede lidiar fácilmente. Y mucha gente quiere que esto sea exactamente así, lo encuentra bueno, correcto y agradable. Quieren que el Estado siga gobernando.

Tampoco quiero dejar a mis nuevos amigos, conocidos y lectores sin saber de qué lado estoy. Mis viejos compañeros, amigos y colegas que conocen las piedras angulares de mi quehacer artístico-social lo saben desde hace mucho tiempo. Volveré a enumerarlas aquí y ahora, mostrando su actualidad. Para mí, el punto de partida y la meta artística es la cultura pianística impresionista: el refinamiento, la sensibilidad, la posición social de la música, el estilo de vida, la belleza, la armonía, la inspiración; todo el mundo se dará cuenta rápidamente de que casi todo lo que caracteriza al intempestivo mundo actual va en contra de esto y no pertenece a mi mundo. Esto va de la mano de la Estética Evolutiva - La Otra Modernidad: Incrustación Contemporánea en la Tradición, Comunicación, Sensualidad del Sonido; desde hace algunos años sabemos cómo el Instituto Tavistock de Londres, por ejemplo, ha estado trabajando para destruir precisamente esta incrustación en la tradición remodelando activamente el "Zeitgeist". Inserto en la internacionalidad - intercambio e interacción de las más diversas culturas occidentales, apreciación del valor de su identidad; sí, en este sentido soy un "identitario". Indispensable: humanismo y espíritu libre - preservación y defensa de la gran herencia de la Ilustración europea. Y no sólo "bonito de tener": viveza artística - apertura, ansia de vivir y alegría por las sorpresas innovadoras; un valor que se ha visto sometido al mayor fuego. 

Con mis "principios filosófico-políticos vitales" entramos directamente en la valoración de los acontecimientos actuales: derecho a lo propio - interés propio honesto mientras no se perjudique activamente a nadie, derecho al acuerdo, vida lujuriosa, demarcación; lo que la política (sobretodo en Europa) se ha permitido a este respecto en los últimos años es un absurdo. Pero también el siguiente punto: "coherencia, ausencia de contradicciones, apertura - desarrollo consecuente de las ideas, comparación con la realidad, libre intercambio" fue pisoteado por los actores políticos europeos y en su lugar se vendieron explicaciones del mundo "sin alternativas" y se construyeron medidas represivas supuestamente basadas en ellas. Y en el furor del condescendiente y supuesto "Estado del bienestar", ya no se cuestionaba el valor del "libre desarrollo: competencia entre las explicaciones del mundo, respeto por las diferencias en el mundo, responsabilidad por la propia experiencia"

Mejores variantes - ética en lugar de "moral", laicismo en lugar de terror a la virtud, conocimiento en lugar de ideología, cosmopolita en lugar de multiculturalista; el terror a la virtud, que hasta ahora se creía lejano en regiones del mundo alejadas del fundamentalismo, ya se nos ha acercado amenazadoramente en el curso de la apologética del islam y, últimamente, con la angustia de la vacunación militantemente impuesta en varios países del mundo. Individualismo libertario - los derechos humanos como derechos defensivos del individuo oprimido contra el Estado, la religión y la oligarquía; me resulta incomprensible cómo la gente, amigos, vecinos, colegas, pueden encogerse de hombros ante el hecho de que éstos están siendo abolidos a una velocidad pasmosa en el tiempo real de hoy. La gente ha tolerado la muerte solitaria de seres queridos ancianos, que los niños sufran daños permanentes por la compulsión a llevar máscaras, con todas sus consecuencias perjudiciales para la salud y psicosocialmente desastrosas, la gente sigue tolerando que la política en Alemania, así como (con algunas excepciones) en muchos otros países del mundo ahora casi sincronizado, un régimen de vacunación que ya ha costado la vida, o al menos la salud, a decenas de miles, si no cientos de miles de personas, pero niega vehementemente esta causalidad presentada en varios periódicos científicos de mayor reputación y, en cambio, criminaliza a los críticos de este experimento humano, sin precedentes en la historia, según todas las reglas de la estatalidad absolutista. 

En este sentido, mi piedra angular ideológica Sociedad sostenible, libre, defendible, solidaria entre sí -en lugar de totalitarismo, fascismo, comunismo, monoteísmo, es sólo un deseo piadoso que hace tiempo que ha sido barrido por los hechos brutalmente creados de los últimos tres años. El "Great Reset" de Klaus Schwab, promovido abiertamente junto con el FEM, la UE, las APP y la ONU, que ha sido secuestrado por donantes privados, hace tiempo que ha acabado con la sociedad libre y prepara con éxito fatal la victoria final de un nuevo comunismo totalitario y mundial. Y la mayoría de la gente (¿por conveniencia?, ¿ignorancia?, ¿complicidad?) prefiere oponerse a los críticos de este crimen en curso que a los autores. A veces uno quiere desesperarse de ser humano. A veces me pregunto para quién sigo componiendo música. En este sentido, no es de extrañar que la última de mis piedras angulares, la primacía del derecho secular sobre la cultura, los "sentimientos", la religión, el origen, el pasado individual, también esté en más que mal estado. El poder judicial en Alemania se encuentra en un estado terrible, como no lo había estado desde los tiempos más desgraciados de la historia. En muchos de los juicios mundiales contra gobiernos que pretendían restaurar el Estado de Derecho, fueron las instituciones judiciales de los gobiernos atacados las que se citaron como garantes de la supuesta base científica de todas las represiones autocráticas contra los ciudadanos. ¿Rebelión de la sociedad mayoritaria? De ninguna manera.

Con esta triste constatación, comienzo ahora un nuevo año junto a mis seres queridos. Comprendo, volviendo a la primera frase, que a nadie le guste enfrentarse a una realidad tan sombría, ni esté dispuesto a hacerlo. Preferirá adormecerse a sí mismo en una supuesta seguridad con una mirada epicúrea hacia otro lado, con una agitación propagandística estatal hábilmente preparada contra los oponentes de una política que en algunos aspectos nuevos no parece tener nada bueno en mente con la gente, pero que triunfa profesionalmente y sugiere así respetabilidad a las mentes simples, o con la autoconfianza formadora de manada de que está en el "lado correcto", que, si las cosas resultan desfavorables, puede hacerse añicos demasiado pronto "repentina e inesperadamente". Si yo fuera un cínico, básicamente podría ser indiferente a esto con la gente que en Alemania me ha tratado mal a existencialmente en los últimos años. Sin ser un cínico, no quiero llegar a eso. Más bien, como escribe un colega: "Por lo tanto, afirmo aquí y ahora con toda claridad que ni perdonaré ni olvidaré. He memorizado los nombres de todos los que me denunciaron, me perjudicaron deliberadamente y utilizaron mi opinión política para obtener ventajas contra mí." Y para poder asumir jurídica, humana y socialmente todo lo sucedido, sería necesario, en el fondo, que los escenarios previstos por los críticos no llegaran a producirse en la medida temida, pues de lo contrario podrían producirse los fatales hechos "justicieros", pero no un efecto de aprendizaje, castigo, arrepentimiento, perdón y vuelta a empezar. 

Llego a mis efectos personales de aprendizaje del año pasado: 

- Es difícil o imposible separar la amistad del compañerismo. A los antiguos amigos que luchan por objetivos opuestos en esta época cargada de existencialismo no les suele quedar más que la separación. Excluir las cuestiones conflictivas deja la amistad como una cáscara muerta y vacía. 

- Hay una clara diferencia entre las personas que se han empeñado irrespetuosamente en aceptar la "inocentada" y las que sólo han hablado por sí mismas y no han impuesto su actitud a nadie. 

- Se ha vuelto imposible para cualquiera que no pertenezca a los círculos de poder reconocer la auténtica realidad. ¿Ha salido el virus del laboratorio o incluso ha sido liberado? ¿O se ha transmitido zoonóticamente en el mercado de Wuhan? Cuando Bill Gates, con una sonrisa maliciosa, anuncia la próxima pandemia más mortífera para finales de 2023, 2024 a más tardar, ¿está, como el nuevo ejercicio del pasado octubre sugirió a muchos críticos, organizando o, después de todo, sólo se dedica a la prevención filantrópica? ¿De qué lado está Trump? ¿Putin? ¿Xi Ping? ¿Qué papel desempeñan los países BRICS+? ¿Hay algo de cierto en la aventurera teoría de los D.U.M.B.s? ¿Estaría, si existan, el llamado Estado Profundo en control de esto o estos supuestos sistemas de túneles estarían siendo destruidos actualmente? ¿Se han introducido nanopartículas en el organismo a través de la vacunación que puedan ser controladas por la 5G? ¿Todo teoría de la conspiración? ¿Cómo vivir con el hecho de que, como persona normal, no tiene a mano ningún criterio con el que pueda siquiera empezar a comprobar por sí mismo la veracidad de las teorías en liza y, por tanto, depende de operar sobre el inestable terreno de las probabilidades o de la confianza en determinadas fuentes? 

- Una dieta informativa puede ser útil para salir del bucle psicológico del miedo o de las imágenes negativas proyectadas. Sin embargo, una dieta así no debe conducir a una aversión generalizada al mundo enclaustrado, ni siquiera a la táctica del avestruz. Estamos en la Tierra para establecer -entre otras muchas cosas- una conexión e, idealmente, incluso una homeostasis entre nuestros mundos interior y exterior. También comprendo la siempre nueva lucha por la expresión artística frente a la comunicación artística en este campo de tensión. 

- Las personas que permanecen en Alemania en estos tiempos de locura son básicamente héroes para mí. Debo confesarlo: Su valentía, su voluntad de arriesgarse o sufrir y su resistencia frente a una política autóctona-hostil cada vez más flagrante se me escapan. ¿La belleza exterior del país con sus (fundidos) valores justifica realmente para ellos la circunstancia de navegar en un barco de locos hacia el abismo? 

- El perverso alcance de la reevaluación de todos los valores que se ha logrado ahora en Alemania es algo que no habría podido imaginar ni en mis peores pesadillas hace tan sólo unos años. ¿Tchaikovsky fuera del programa? ¿Se despide a los artistas rusos que no se pliegan a la nueva línea política? ¿Los llamados activistas climáticos destruyendo eternas obras de arte con un lacónico encogimiento de hombros del Estado? ¿Se asaltan pisos de gente que tiene un certificado de máscara? ¿Los médicos que las han expedido son llevados a los tribunales? La controvertida teoría del cambio climático provocado por el hombre ha recibido una consagración casi religiosa? Hace sólo un año: a las personas no vacunadas ya no se les permite participar en la vida social y se habla de cortarles también la asistencia sanitaria básica... ¿Las personas ya no deberían poder decidir sobre su propio cuerpo, sino aceptar un brebaje genético que demostrablemente no protege contra la transmisión, sino que puede provocar los efectos secundarios más graves? ¿Cancelar la cultura por todo lo que ha contribuido a la autoimagen y la reputación de los otrora orgullosos países de Europa? ¿Fuera Bismarck? ¿Los no vacunados como una "gran fuerza mortal" (OMS) que hay que neutralizar? ¿Ayuda de guerra a Ucrania por parte del antiguo partido "pacifista sin armas"? ¿La destrucción de su propia economía es menos mala que "complacer a Putin"? La lista de absurdos podría continuar indefinidamente. Para Nietzsche, la nueva "revalorización de todos los valores" es un requisito previo deseable para superar la hipocresía moral que paraliza a la sociedad. La que se practica en Alemania, en cambio, es otro clavo (por desgracia muy grave) en su propio ataúd colectivo. 

- En el Río de la Plata, es decir en Uruguay, la vida es mucho menos problemática en muchos aspectos, a pesar de unas condiciones económicas más difíciles. La más obvia es el grado mucho mayor de libertad que se ha dado por descontado a ciudadanos y residentes por igual en Uruguay en los últimos tres años. No hubo cierres patronales, ni mucho menos toques de queda o zonas de 15 kilómetros como en Alemania; los comercios y restaurantes no tuvieron que cerrar, sino simplemente garantizar mayores distancias entre clientes o visitantes. No había vacunación obligatoria en el país, sólo restricciones de acceso para los grandes acontecimientos y la entrada de turistas. El país se ha mantenido fiel a su tradición liberal incluso en tiempos de crisis. Mientras tanto, nuevas tiendas, nuevos cafés y restaurantes vuelven a abrir por toda la ciudad, la vida es diversa y tiene un aire europeo y mediterráneo en general. La gente es amable, y en muchos ámbitos se muestra solidaria y dispuesta a ayudar. En el país hay una derecha y una izquierda fuertes, que se corrigen mutuamente; no una papilla uniforme como en Alemania, sino una oposición real a cualquier gobierno. 

- Un pequeño consuelo: si algún día Alemania se destruyera y aboliera realmente a sí misma, un eco de lo que fue el país pervivirá en los emigrantes alemanes, en su espíritu emprendedor e inventivo, así como en su constitución cultural en otros países, al igual que el modo de vida y la cultura italianos o españoles lo hacen con sus respectivas peculiaridades en el Río de la Plata. 

- He aprendido lo diferente que es el sentimiento de extranjería cuando eres un invitado en otro país extranjero, o cuando estás en tu propio país, cuando crees que realmente tienes que pertenecer, y sin embargo se siente infinitamente más extraño que en cualquier otro lugar del mundo. 

- En el fondo es muy sencillo: mientras no se inicie una guerra islámica en Alemania y el número de víctimas de la vacunación no supere al de víctimas de Covid, los otros seguirán diciendo: "Nosotros tenemos razón y tu estás equivocado". ¿Por qué te fuiste en primer lugar?". Tuve que aprender a lidiar con ello, y lo he hecho. Cada día me alegra de nuevo saber que hay 11.370 kilómetros salvadores entre la "nueva Alemania" y yo. 

- ¿Componer para gente que me rechaza a mí y a mi posicionamiento espiritual-filosófico o social? ¿Quién no puede hacer nada con lo básico de lo que me mueve o incluso no está de acuerdo con ello de ninguna manera? A menudo me he hecho esta pregunta paralizante. He respondido por mí mismo: Mi música es una oferta para sacar provecho de la experiencia auditiva y experimentar el propio posicionamiento estético, hacerlo consciente, posiblemente incluso reajustarlo. Además, como ya no improviso catarsis, me he alejado de la estética prepotente wagneriano-triunfalista y hago aportaciones más modestas. A menudo me mueve el deseo de poder hacer una declaración válida con medios mínimamente reducidos que tenga efecto en las mentes y los corazones. A veces incluso de esperanza, a pesar de todo. Componer vuelve a ser fácil para mí. 

Después de todas estas consideraciones globales, me gustaría ofrecer a mis amigos y compañeros musicales un pequeño resumen concreto de mi trabajo artístico de este año. En 2022 hubo varios estrenos mundiales, como mi Bolero o mi Suite para clave. Las bagatelas compuestas el año anterior también volvieron a encontrar dignas interpretaciones. Doy las gracias a todos mis artistas de este año por defender mi música, así como a todos los colaboradores del evento por su contribución. Tres Tango Nocturnes, una Basse-Danse para piano y tres piezas para violonchelo solo son nuevas composiciones que aún no se han interpretado. Sigue en curso el ciclo "Le tombeau de Ravel" para seis amigos y colegas tristemente fallecidos en el año que acaba de terminar. 

Pasemos ahora a mis deseos para el Año Nuevo 2023. Deseo

1) que el FEM y la ONU con su inhumana y degradante Agenda 2030 y el "Great Reset" puesto en marcha con sus despiadados planes de vigilancia, acoso y sometimiento no salgan adelante, y que todas sus actividades relacionadas e inhumanas puedan detenerse este año, 

2) que la parte de la mayoría de la población que no es culpable de otras vidas tenga la oportunidad de corregir suavemente su posición errónea, 

3) que las personas que hayan sido culpables y hayan perjudicado a otras, consciente o inconscientemente, comparezcan ante la justicia en el marco del Estado de derecho en un poder judicial independiente y que siga funcionando,

4) que Europa recupere el sentido común y empiece a entender dónde y quiénes son sus amigos y enemigos, 

5) que tras el inevitable ordenamiento político y social, la verdadera humanidad determinará y dará forma a la vida, y que la alta cultura volverá a desempeñar el papel que le corresponde,

6) que, contrariamente a todos los presagios negativos, el año 2023 sea un año de paz, de salud, de superación de todo lo que no es libre y hace mal y de orientación hacia lo verdadero y bueno de las personas, 

7) que volvamos a ser capaces de desarrollar visiones nacidas de la libertad y la confianza en la vida, y: de crear un nuevo espacio para lo bello. 

Con este espíritu, un buen, saludable y exitoso año 2023 y cordiales saludos musicales.

Tuyo/Tuya


Martin Münch

Martin Münch Grussbotschaft und Neujahrswünsche für 2023

Liebe Freunde, Freunde meiner Musik und Freunde einer freien Gesellschaft,

wie fühlt man sich in der gesellschaftlichen Situation heute? Das Erstaunliche: Gar nicht, nichts Besonderes. Alles wieder gut. Läuft doch. Alles in Ordnung.

Wo genau verläuft die Bruchlinie zwischen den Vertretern der sogenannten Willkommenskultur, den Islamfreunden, den Impfbefürwortern, den Russland-Hassern, den wackeren Kämpfern gegen den „menschengemachten Klimawandel", den woken Gender- oder LGBT-Freunden, und den im besten Deutschland aller Zeiten lebenden Schönsehern auf der einen - und den anderen Finsterlingen, die vom offiziellen Deutschland wahlweise als „Ratten", „Dunkeldeutsche", Rechtsextreme, Verschwörungstheoretiker oder gar Schädlinge bzw. Aasgeier bezeichnet werden, und inzwischen mit dem neugeschaffenen Straftatbestand der „verfassungsschutzrelevanten Delegitimierung des Staates" aufgespürt und verurteilt werden, auf der anderen Seite? Kann da im Ernst jemand dazu gehören wollen? Wie kann es überhaupt eine Bruchlinie geben. Wieso stehen nicht alle auf der „Seite des Guten"?

Die simple Realität ist: Es gibt diese Bruchlinie, und inzwischen ist sie vollends unüberbrückbar. Sie trennt etwa 10-25% der Menschen vom Rest der Welt - nicht nur in Deutschland oder am Rio de la Plata. Verläuft sie zwischen solchen, die einen Fernseher haben und regelmässig die offiziellen Medien konsumieren, und solchen, bei denen das nicht der Fall ist? Oder zwischen Menschen, die Staat, Religion und Oligarchie von jeher kritisch sehen und denen, die von einer Grundhaltung des Vertrauens ausgehen (und in ihrem Leben bislang allen Anlass dazu hatten)? Zwischen Patrioten und Multikulturalisten? Wissenschafts-Apologeten und Wissenschafts-Skeptikern? Weltoffenen Linksliberalen und eher dumpfbackigen Trump-, Orban- und Bolsonaro-Anhängern? Christgläubigen Fundamentalisten und aufgeklärten Toleranten? Sich für das Wohlergehen der gesamten Welt verantwortlich Wissenden und chauvinistisch-bornierten Egoisten?

Die genannten Bruchlinien verlaufen zwar zwischen häufig ähnlich gesinnten Bevölkerungsteilen, die sich daraus ergebenden Gruppen sind jedoch dessen ungeachtet nicht deckungsgleich. Die Fraktion der Kritiker ist durch diese ihrerseits noch stark aufgespalten, man könnte auch sagen: atomisiert. So gibt es Islamkritiker, die dennoch keine Christen sind. Kosmopoliten, welche die über Europa verhängte millionenfache Massenmigration und Dekulturalisierung ablehnen. Impfgegner, die dennoch an den vermeintlich menschengemachten Klimawandel glauben. Maßnahmen-Kritiker, die, statt sich neu-zeitgeistiger Spiritualität zuzuneigen, sich nach wie vor als Agnostiker oder Atheisten verstehen. Fernseh-Zuschauer, die dennoch dem Staat und seinen Intentionen und Institutionen mißtrauen. Holocaust-Überlebende, die die Täter von damals heute wieder am Werk sehen. Gruppen, die es – zur Freude der offiziellen Stellen - schwer haben werden, eine gemeinsame Linie zu finden, die sie eint.

Zwei Weltbilder stehen sich also unversöhnlich gegenüber. Zum einen vertreten durch diejenigen, die es begrüssen, dass der Staat seine Bürger eifrig und immer kraftvoller schützt: Vor CO2 und dem Klimawandel, der Pandemie, den Russen, den bösen Rechtsextremen, den Intoleranten sowie den (unverständlichen) Gegnern all der guten und wichtigen Organisationen wie der EU, UNO, WHO, Unesco oder der wohltätigen Bill-&-Melinda-Gates-Stiftung. Die es für haltlose Verschwörungstheorie, mieses Spielverderben oder teilweise gar unverantwortlichen Antisemitismus halten, wenn jemand der Gegenseite etwa auf die Agenda 2021, die Agenda 2030, den Coudenhove-Kalergie-Plan, den UN-Migrationspakt, Eurogendfor, die WEF-Ankündigungen zum Great Reset, die jahrelangen Pandemie-Planspiele, die Pandemie-Szenarien der Rockefeller-Stiftung, die Massenmigrations-Organisation durch die Open-Society-Foundations (Soros-Stiftung), die Vorbereitungen zur lückenlosen Kontrolle und Drangsalierung der Menschen durch 5G-Technologie, Bargeldabschaffung, elekronische ID mit Impfpass, abgeschlossene Smart-Cities oder bereits eingeführte Bewegungsverbote zur vermeintlichen Klimarettung verweist. Und zum anderen vertreten durch diejenigen, die im Hinblick auf die gerade eben aufgeführten Themen auf der Freiheit und Selbstbestimmung des Individuums bestehen, den unverhandelbaren Wert der gewachsenen Kultur und eine Gesellschaftsordnung, die ihnen dies alles garantiert.

So könnte es beinahe so aussehen, als verliefe die unversöhnliche Grenze zwischen freiheitsliebenden Individualisten auf der einen, und Kollektivisten, die den umverteilenden, fürsorglichen Staat für eine gute Idee halten, auf der anderen Seite. Aber auch zwischen Menschen mit diesen Charakteristika ist eine klare Aufteilung nicht garantiert. So reicht das Spektrum der mit dem System unglücklichen oder gar gegen dieses gerichteten Oppositionellen von Menschen, die schlicht mit der Politik des „Frierens gegen Putin", steigenden Preisen oder um sich greifender Produktverknappung unzufrieden sind, über Querdenker und Aktiv-Demonstranten, Montagsspaziergänger, Protestpartei-Wähler (AfD, Die Basis, Wagenknecht-Linke), Auswanderer, Grundsatz-Kritiker der (seit drei Jahren immer deutlichere Formen annehmenden) „Neuen Weltordnung" und ihrer Protagonisten im Hintergrund, über Q-Annon-gläubige und von den sogenannten „White Hats" die Erlösung aus der (von der „Kabale" immer schneller und radikaler vorangetriebenen) Drangsal erhoffende Optimisten, bis hin zu Zeitgenossen, die die nahende Lösung im Eingreifen der „galaktischen Konföderation" und der Installation eines dem Menschen die materielle Grundlage zu wahrer spiritueller Neuausrichtung („5D") liefernden „Quanten-Finanzsystems" sehen. Wie sollen sich in dieser Heterogenität lagerübergreifende, wirkmächtige Gegenbewegungen aufbauen, die dem bestehenden System zur ernsthaften Gefahr gereichen könnten? Es scheint, als habe das Regierungslager nur viele zersplitterte 0,5%-Fraktionen gegen sich, mit denen es leicht fertig wird. Und viele Menschen wollen dies auch genau so, finden dies gut, richtig und erfreulich. Sie wollen, dass der Staat der Machthaber bleibt.

Ich möchte auch meine neuen Freunde, Bekannten und Leser nicht im Unklaren darüber lassen, auf welcher Seite ich zu finden bin. Meine alten Mitstreiter, Freunde und Kollegen, die die Eckpfeiler meines künstlerisch-gesellschaftlichen Bestrebens kennen, wissen dies schon lange. Ich werde sie hier und heute nochmals aufführen und dabei ihre Aktualität aufzeigen. Ausgangspunkt und künstlerische Zielrichtung ist für mich die Impressionistische Klavierkultur – Raffinesse, Sensibilität,gesellschaftliche Stellung der Musik, Lebensstil, Schönheit, Harmonie, Inspiration; ein jeder wird schnell darauf kommen können, das nahezu alles, was die heutige Unzeit prägt, dem entgegen gerichtet ist und nicht zu meiner Welt dazugehört. Damit einhergehend die Evolutionäre Ästhetik – Die andere Moderne: Zeitgemäße Einbettung in Tradition, Kommunikation, Klangsinnlichkeit; seit einigen Jahren wissen wir, wie etwa das Londoner Tavistock-Institut durch aktive Umformung des „Zeitgeists" daran arbeitet, exakt diese Traditionseinbettung zu zerstören. Eingebettet in Internationalität – Austausch und Interaktion der verschiedensten okzidentalen Kulturen, Würdigung des Wertes ihrer Identität; ja, in dieser Hinsicht bin ich ein „Identitärer". Unverzichtbar: Humanismus und Freigeistigkeit – Bewahrung und Verteidigung des großen Erbes der europäischen Aufklärung. Und not only „nice to have": Künstlerische Lebendigkeit – Offenheit, Lebenslust und Freude an innovativen Überraschungen; ein unter größten Beschuss geratener Wert.

Mit meinen „Lebensphilosophischen und politischen Grundsätzen" kommen wir direkt in die Bewertung des aktuellen Geschehens hinein: Recht auf Eigenes - Ehrlicher Eigennutz solange man niemandem aktiv schadet, Recht auf Einvernehmen, Lusterleben, Abgrenzung; was sich die Politik in dieser Hinsicht in den vergangenen Jahren geleistet hat, ist ein Unding. Aber auch der nächste Punkt: „Folgerichtigkeit, Widerspruchsfreiheit, Offenheit - Konsistente Weiterentwicklung von Ideen, Realitätsvergleich, freier Austausch" wurde von den politischen Akteuren mit den Füssen getreten und es wurden stattdessen „alternativlose" Welterklärungen verkauft und darauf angeblich alternativlos basierende Repressions-Maßnahmen aufgebaut. Und von dem Wert „Freie Entfaltung - Wettstreit der Welterklärungen, Respekt vor der Unterschiedlichkeit in der Welt, Verantwortung für eigenes Erleben" konnte im Furor des bevormundenden, angeblichen „Fürsorge-Staates" keine Rede mehr sein.

Bessere Varianten - Ethik statt "Moral", Säkularität statt Tugendterror, Erkenntnis statt Ideologie, Kosmopolit statt Multikulturalist; der Tugendterror, den man bisher in fundamentalistisch-fernen Weltregionen weit weg wähnte, ist uns schon im Zuge der Islam-Apologetik und spätestens mit der militant durchgezogenen Impf-Bedrängnis bedrohlich nahegerückt. Libertärer Individualismus - Menschenrechte als Abwehrrechte des bedrängten Individuums gegen Staat, Religion und Oligarchie; es ist mir unbegreiflich, wie die Menschen, Freunde, Nachbarn, Kollegen, es achselzuckend hinnehmen können, dass diese in atemberaubenden Tempo in heutiger Echtzeit abgeschafft werden. Man hat es geduldet, dass geliebte alte Menschen einsam sterben mussten, dass Kinder durch den Maskenzwang mit all seinen gesundheitsschädigenden und psychosozial verhängnisvollen Folgen nachhaltig geschädigt wurden, man duldet es nach wie vor, dass die Politik in Deutschland, wie auch (bis auf wenige Ausnahmen) im Rest der inzwischen nahezu gleichgeschalteten Welt, ein Impfregiment durchzieht, das schon zehntausende, wenn nicht hunderttausende Menschen das Leben oder mindestens die Gesundheit gekostet hat, jedoch diese Kausalität vehement abstreitet und stattdessen die Kritiker dieses in der Geschichte bisher einmaligen Menschenexperiments nach allen Regeln absolutistischer Staatskunst kriminalisiert.

Insofern ist mein weltanschaulicher Eckfeiler Nachhaltig freie, wehrhafte, gegenseitig solidarische Gesellschaft - statt Totalitarismus, Faschismus, Kommunismus, Monotheismus, nur noch ein frommer Wunsch, der durch die brutal geschaffenen Fakten in den vergangenen drei Jahren schon längst über den Haufen gefegt wurde. Der ganz offen vorangetriebene „Great Reset" von Klaus Schwab in Verbund mit WEF, EU, PPPs und der von privaten Geldgebern gekaperten UNO hat mit einer freien Gesellschaft schon lange aufgeräumt und ist mit verhängnisvollem Erfolg dabei, einem totalitären, weltweiten neuen Kommunismus den Endsieg zu bereiten. Und die Mehrheit der Menschen stellt sich (aus Bequemlichkeit? Unwissen? Mitläufertum?) lieber gegen die Kritiker dieses laufenden Verbrechens als gegen die Täter. Manchmal möchte man am Menschsein verzweifeln. Und manchmal möchte ich persönlich mich fragen, für wen ich eigentlich noch Musik komponiere? Insofern wundert es nicht, dass es auch um den abschliessenden meiner Eckpfeiler Primat des säkularen Rechts über Kultur, "Gefühle", Religion, Herkunft, individuelle Vergangenheit mehr als schlecht bestellt ist. Die Justiz ist in einem fürchterlichen Zustand, wie schon seit unseligsten Zeiten der Geschichte nicht mehr. In allen weltweiten Prozessen gegen die Regierungen, die auf Wiederherstellung der rechtsstaatlichen Ordnung zielten, wurden als Gewährsgeber für die vermeintlich wissenschaftlichen Grundlagen sämtlicher autokratisch durchgezogenen Repressionen gegen die Bürger ausgerechnet die Hof-Institutionen der angegriffenen Regierungen zitiert, es wurde der Bock zum Gärtner gemacht. Aufbegehren durch die Mehrheitsgesellschaft? Fehlanzeige.

Mit diesem traurigen Befund starte ich nun gemeinsam mit meinen Lieben in ein neues Jahr. Ich verstehe, um zum ersten Satz zurückzukehren, dass niemand gerne einer solch düsteren Realität ins Auge zu blicken vermag, noch dazu bereit ist. Lieber wird er sich mit epikuräischem Wegschauen, mit raffiniert aufbereiteter staatspropagandistischer Hetze gegen die Gegner einer Politik, die zwar nichts Gutes mit den Menschen im Sinn zu haben scheint, aber professionell auftrumpft und für einfache Gemüter dadurch Seriosität suggeriert, oder mit rudelbildender Selbstvergewisserung, auf der „richtigen Seite" zu stehen, in einer vermeintlichen Sicherheit wiegen, die, wenn es ungünstig kommt, schon allzu bald „plötzlich und unerwartet" zerfetzt werden kann. Das könnte mir, wäre ich Zyniker, bei Menschen, die mich in den vergangenen Jahren schlecht bis existentiell schlecht behandelt haben, im Grunde gleichgültig sein. Da ich kein Zyniker bin, möchte ich nicht, dass es so weit kommt. Eher, wie eine Kollegin schreibt: „Daher stelle ich hier und jetzt in aller Deutlichkeit fest, dass ich weder vergeben, noch vergessen werde. Ich habe mir die Namen all jener gemerkt, die mich denunziert, mir bewußt geschadet und meine politische Meinung zur Vorteilserlangung gegen mich verwendet haben." Und um all das Geschehene juristisch, menschlich und gesamtgesellschaftlich aufarbeiten zu können, wäre es im Grunde notwendig, dass die von den Kritikern vorausgesehenen Szenarios nicht im befürchteten Umfang eintreten, da es andernfalls zwar zu den fatalen „gerechtigkeitsschaffenden" Fakten, nicht jedoch zu einem Lerneffekt, zu Strafe, Busse, Reue, Verzeihen und Neubeginn kommen kann.

Ich komme zu meinen persönlichen Lerneffekten des vergangenen Jahres:

• Es ist schwer bis unmöglich, Freundschaft von Mitstreiterschaft zu trennen. Ehemaligen Freunden, die in dieser existentiell aufgeladenen Zeit für nunmehr gegenteilige Ziele streiten, bleibt zumeist nur die Trennung. Die Konflikt-Themen auszuklammern lässt die Freundschaft als abgestorbene, leere Hülse zurück.

• Es existiert ein deutlicher Unterschied zwischen Menschen, die respektlos bedrängend geworden sind, die „Impfung" zu akzeptieren, und solchen, die nur für sich selbst gesprochen haben und ihre Haltung niemandem aufzwangen.

• Es ist für jemanden, der nicht den Machtzirkeln angehört, unmöglich geworden, die tatsächliche Realität zu erkennen. Ist das Virus aus dem Labor ausgebrochen oder gar freigesetzt worden? Oder doch auf dem Wuhan-Markt zoonotisch übertragen worden? Wenn Bill Gates mit maliziösem Lächeln die nächste, tödlichere Pandemie für Ende 2023, spätestens 2024 ankündigt, ist er dann, wie in der neuen Übung vergangenen Oktober sich für viele Kritiker andeutete, organisierend dabei oder doch nur in der menschenfreundlichen Prävention tätig? Auf welcher Seite steht Trump? Putin? Xi Ping? Welche Rolle spielen die BRICS+-Staaten? Ist an der abenteuerlichen Dumbs-Theorie etwas dran? Hat der sogenannte Deep-State darüber die Kontrolle oder werden diese angenommenen Tunnelsysteme derzeit zerstört? Wurden durch die Impfung Nano-Partikel in die Körper eingebracht, die durch 5G gesteuert werden können? Alles Verschwörungstheorie? Wie lebt es sich damit, dass man als Normalmensch keine Kriterien an der Hand hat, mit denen man auch nur ansatzweise den Wahrheitsgehalt der konkurrierenden Theorien selbst überprüfen kann und insofern darauf angewiesen ist, mit dem schwankenden Grund von Wahrscheinlichkeiten oder dem Vertrauen in bestimmte Quellen zu operieren?

• Eine Informationsdiät kann hilfreich sein, um aus Psychoschleifen der Angst oder projizierten Negativbildern herauszutreten. Allerdings darf eine solche nicht zu einer generellen klösterlichen Weltabgewandtheit oder gar zu einer Vogel-Strauss-Taktik führen. Wir sind auf der Erde, um - unter vielem anderem - zwischen unserer inneren und der äußeren Welt eine Verbindung und im Idealfall sogar eine Homöostase herzustellen. Auch das stets neue Ringen um künstlerischen Ausdruck versus künstlerische Kommunikation verstehe ich in diesem Spannungsfeld.

• Menschen, die zu diesen irrwitzigen Zeiten in Deutschland verbleiben, sind für mich im Grunde Helden. Ich muss gestehen: Ihr Mut, ihre Risiko- bzw. Leidensbereitschaft und ihre Resilienz bezüglich einer immer unverhohlener autochthonen-feindlichen Politik gehen mir ab. Rechtfertigt die äußere Schönheit des Landes mit seinen (dahinschmelzenden) Sicherheiten für sie wirklich den Umstand, mit einem Narrenschiff in den Abgrund zu segeln?

• Das inzwischen erreichte perverse Ausmaß der Umwertung aller Werte hätte ich mir noch vor wenigen Jahren in meinen schlimmsten Albträumen nicht vorstellen können. Tschaikowsky weg vom Spielplan? Russische Künstler, die keinen Kotau vor der neuen politischen Linie machen, werden gekündigt? Sogenannte Klimaaktivisten zerstören zeitlose Kunstwerke unter lapidarem Schulterzucken des Staates? Wohnungen von Menschen, die ein Maskenattest haben, werden gestürmt? Ärzte, die solche ausgestellt haben, werden vor Gericht gezerrt? Der umstrittenen Theorie des menschengemachten Klimawandels wurden quasireligiöse Weihen verliehen? Noch vor einem Jahr: Ungeimpfte dürfen nicht mehr am sozialen Leben teilhaben und es ist davon Rede, ihnen auch die Basisversorgung abzuschneiden? Menschen sollen nicht mehr über ihren eigenen Körper entscheiden dürfen sondern ein Genbräu akzeptieren, das nachweislich nicht vor Übertragung schützt aber schwerste Nebenwirkungen hervorrufen kann? Cancel culture bei allem, was zum Selbstverständnis und Ansehen der einst stolzen Länder Europas beigetragen hat? Weg mit Bismarck? Ungeimpfte als „große, tödliche Kraft" (WHO), die neutralisiert werden muss? Kriegshilfe für die Ukraine durch die einstige „Frieden-schaffen-ohne-Waffen"-Partei? Zerstörung der gesamten eigenen Wirtschaft weniger schlimm als „Anbiederung an Putin"? Die Liste der Absonderlichkeiten liesse sich beliebig fortsetzen. Bei Nietzsche ist die neue „Umwertung aller Werte" eine wünschenswerte Grundvoraussetzung für die Überwindung der gesellschaftslähmenden moralischen Hypokrisie. Die in Deutschland durchexerzierte ist hingegen ein weiterer (und leider sehr schwerwiegender) Nagel zum eigenen, kollektiven Sarg.

• Am Rio de la Plata ist das Leben trotz schwierigerer ökonomischer Rahmenbedingungen in vielen Aspekten viel weniger problematisch. Am augenfälligsten ist das deutlich größere Maß an Freiheit, das in Uruguay seit drei Jahren von Anfang an für Bürger wie Residenten selbstverständlich war. Es gab keine Lockdowns, schon gar keine Ausgangssperren oder 15-Kilometer Zonen wie in Deutschland, die Geschäfte und Restaurants mussten nicht schliessen, sondern lediglich größere Abstände zwischen den Kunden bzw. Besuchern gewährleisten. Es gab im Land keine Impfpflicht, sondern lediglich Zugangsbeschränkungen bei Großveranstaltungen und der Einreise für Touristen. Das Land ist seiner freiheitlichen Tradition auch in Krisenzeiten weitgehend treu geblieben. Inzwischen eröffnen in der ganzen Stadt wieder neue Läden, neue Cafés und Restaurants, das Leben ist vielfältig und wirkt insgesamt europäisch und mediterran. Die Menschen sind freundlich, in vielen Bereichen solidarisch und hilfsbereit. Es gibt im Land eine starke Rechte und eine starke Linke, die sich gegenseitig korrigieren; nicht einen Einheitsbrei wie in Deutschland, sondern zu jedweder Regierung eine wirkliche Opposition.

• Ein kleiner Trost: Falls Deutschland sich eines Tages tatsächlich zerstört und abgeschafft haben sollte, wird ein Echo dessen, was das Land einmal war, in den deutschen Auswanderern, ihrem Unternehmer- und Erfindergeist, wie auch in ihrer kulturellen Verfasstheit in anderen Ländern weiterleben, ebenso wie es auch die italienische oder spanische Lebensweise und Kultur mit ihren jeweiligen Besonderheiten am Rio de la Plata tut.

• Ich habe gelernt, wie unterschiedlich das Fremdheits-Gefühl ist, wenn man Gast ist in einem anderen, fremden Land, oder aber im eigenen Land, wenn man denkt, eigentlich dazugehören zu müssen, und es sich hingegen so unendlich fremd anfühlt wie sonst nirgends auf der Welt.

• Es ist im Grunde ganz einfach: So lange kein islamischer Krieg in Deutschland startet und die Zahl der Opfer der Impfung die der Covid-Opfer nicht übertrifft, werden die anderen fortfahren zu sagen: „Wir haben recht und Du hast unrecht. Warum bist Du überhaupt weg?". Damit musste ich lernen klarzukommen - und ich habe es gelernt. Jeden Tag freue ich mich aufs Neue, zwischen mir und dem „neuen Deutschland" 11.370 rettende Kilometer zu wissen.

• Komponieren für Menschen, die mich und meine geistig-philosophische oder gesellschaftliche Positionierung ablehnen? Die mit den Grundlagen dessen, was mich antreibt nichts anfangen können oder gar damit in keiner Weise einverstanden sind? Diese lähmende Frage habe ich mir oft gestellt. Ich habe sie für mich beantwortet: Meine Musik ist ein Angebot, vom Hörerlebnis zu profitieren, und die eigene ästhetische Positionierung zu erleben, bewusst zu machen, sie womöglich gar neu zu justieren. Auch bin ich, seit ich keine Katharsis mehr improvisiere, von wagnerianisch-triumphalistischer Überwältigungs-Ästhetik abgerückt und stelle bescheidenere Beiträge in den Raum. Oft treibt mich der Wunsch, mit minimal reduzierten Mitteln eine gültige und in die Köpfe und Herzen hinein wirkende Aussage machen zu können. Manchmal sogar trotz allem eine der Hoffnung. Komponieren fällt mir wieder leicht.

Meinen Freunden und musikalischen Wegbegleitern möchte ich nach all diesen weltumspannenden Erwägungen noch einen kleinen konkreten Überblick über mein diesjähriges tonkünstlerisches Schaffen mitgeben. Im Jahr 2022 gab es mehrere Uraufführungen, etwa mein Bolero oder meine Cembalosuite. Auch die im Vorjahr komponierten Bagatellen fanden wieder würdige Aufführungen. Ich danke allen meinen diesjährigen Interpreten, dass sie sich für meine Musik eingesetzt haben, sowie allen Veranstaltungspartnern für ihren Beitrag. Neu entstanden für Klavier und noch nicht aufgeführt sind Drei Tango-Nocturnes, eine Basse-Danse sowie drei Stücke für Violoncello solo. Ein Zyklus „Le tombeau de Ravel" für sechs im gerade zu Ende gegangenen Jahr leider verstorbene Freunde und Kollegen ist noch in Arbeit.

Nun zu meinen Anliegen für das Neue Jahr 2023. Ich wünsche mir

1) dass WEF und UNO mit ihrer menschenverachtenden, entwürdigenden Agenda 2030 und dem in Gang gesetzten „Great Reset" mit ihren bösartigen Überwachungs-, Drangsalierungs- und Unterwerfungsplänen nicht durchkommen, und dass alle deren diesbezügliche, menschenfeindliche Aktivitäten in diesem Jahr gestoppt werden können,

2) dass der Teil der Bevölkerungsmehrheit, der sich an anderen Leben nicht schuldig gemacht hat, eine Chance erhält, auf sanfte Weise eine Korrektur ihrer Fehl-Positionierung vorzunehmen,

3) dass Menschen, die sich schuldig gemacht und anderen wissentlich oder unwissentlich geschadet haben, rechtsstaatlichen Verfahren in einer funktionierenden und unabhängigen Justiz zugeführt werden,

4) dass Europa wieder zur Besinnung kommt und zu verstehen beginnt, wo bzw. wer seine Freunde und seine Gegner sind,

5) dass nach dem unvermeidlichen juristischen und gesellschaftlichen Aufräumen wahre Menschlichkeit das Leben bestimmen und prägen, und die Hochkultur wieder die ihr gebührende Rolle spielen möge,

6) dass entgegen aller negativen Vorzeichen das Jahr 2023 ein Jahr des Friedens, der Gesundheit, der Überwindung alles unfrei und Krankmachenden und der Ausrichtung am Wahren und Guten im Menschen werden möge,

7) dass wir wieder fähig werden, Visionen zu entwickeln, die aus Freiheit und Vertrauen in das Leben geboren sind, und: neuen Platz für das Schöne zu schaffen.

In diesem Sinne ein gutes, gesundes, gelingendes Jahr 2023 und herzliche musikalische Grüße

Ihr/Euer



Martin Münch